Le gusta volver a trabajar. | Persona 1 | Vuelvo contento, con ganas... | |
Piensa que se tendría que estar contento de poder volver. | Persona 2 | Yo diría que la persona que tiene un puesto de trabajo debería estar muy contento... | |
Le gusta volver para ver a los compañeros. | Persona 3 | Vuelves a ver a los compañeros de trabajo, a los alumnos en mi caso. | |
No tiene ganas de volver a trabajar. | Persona 4 | Mucha desgana, mucha desidia por trabajar. | |
Le parece un problema moderno que antes no existía. | Persona 5 | ...en sus tiempos nunca oyeron hablar de algo así. "Yo nunca lo tuve estas cosas." | |
Dice que la vuelta al trabajo tendría que ser gradual. | Persona 6 | ||
No le gusta tener que levantarse temprano. | Nadie | No me gusta que suene el despertador por las mañanas. |
5
alegría
paulatino
rabieta
La vuelta al trabajo
trae consigo
a veces el llamado síndrome posvacacional.
Los psicólogos advierten que volver a la rutina puede
influir en
nuestro estado de ánimo.
Cansancio, mal humor, que hay que sacarse de encima
lo más pronto posible
.
Fin de las vacaciones y algunos de los que vuelven al trabajo hablan de ese síndrome, el de todos los años. El posvacacional.
Mucho desgusto,
mucha desidia por trabajar.
No me gusta que suene el despertador por las mañanas.
Síntomas que según los expertos se corresponden con un estado emocional normal.
Es una reacción adaptativa, emocional. No se puede considerar, quizás una enfermedad, un trastorno
propiamente dicho.
Es una reacción emocional, inespecífica. En el sentido que... la podemos encontrar en otras situaciones de otro tipo.
Unos le ven el lado bueno.
Vuelvo contento, con ganas...
Vuelves a ver a los compañeros de trabajo, a los alumnos en mi caso. Eh... vuelves, cambias de rol.
Yo diría que la persona que tiene un puesto de trabajo debería estar muy contento y defenderlo a
fondo.
Y otros dicen que en sus tiempos nunca oyeron hablar de algo así.
Yo nunca lo tuve estas cosas.
Y es que algunos expertos afirman que nunca existió y que surge, dicen, en una sociedad de la abundancia
donde todo se presenta como fácil, agradable y
poco complicado.
Y por tanto y por extensión, todo lo que es difícil, cuesta, es desagradable... se supone que no sería lo deseable
y por tanto es problemático y como problemático, patológico.
Y aseguran que solo se trata de enfrentar un cambio de ritmo y volver a la rutina.
Como nosotros los mayores, los pequeños también pueden sufrir estrés posvacacional.
Y cada vez son más, advierten los especialistas. Entre un 5 y un 8 %.
Es trabajo de los padres.
Que ellos transmitan a los chiquitines una actitud de alegría, de entusiasmo, de que donde les están llevando es un sitio agradable,
donde van a estar bien
acogidos.
O sea, que les inspiren confianza.
Confianza y un retorno
gradual
al día a día.
Los pequeños se adaptan rápidamente, pero hay que estar
atento.
Prestar especial atención si los niños se encuentran más intranquilos, más rebeldes, algo
menos obedientes,
tienen más rabietas... eh... tienen un comportamiento pues diferente al que han tenido durante las vacaciones.