No es éste un relato de hazañas impresionantes.
Es un trozo de dos vidas que cursaron juntas un determinado trecho.
El plan: 8.000 kilómetros en cuatro meses.
La meta: explorar un continente que sólo conocíamos por los libros.
El método: la improvisación.
Mientras más lejos íbamos más podíamos sentir al mundo cambiando o quizás éramos nosotros.