A 42 kilómetros al poniente de Valladolid uno entra a Chichén Itzá, una de las capitales del mundo maya de hace 1.500 años y la visión incluye testimonios de la ocupación tolteca de hace 1.000 años como el Chac-Mool y desde luego está presente el juego de pelota infaltable así como el Tzompantli y sus calaveras, otro elemento tolteca.
Sobresale el llamado Castillo, de gran importancia ceremonial en el mundo antiguo y por un antiquísimo camino se llega al Cenote Sagrado, famoso por el supuesto sacrificio de doncellas arrojadas desde la altura.
Ascender por un pasadizo dentro de una pirámide viene a ser una inesperada experiencia.
El edificio mayor de Chichén Itzá se encuentra rodeado de elementos toltecas como los ya dichos Chac-Mool, el patio con pilares y columnas, la serpiente emplumada y otros.
Y diversos sitios como el Caracol, que sugiere haber sido una especie de observatorio, también figuran entre los más visitados. Chichén Itzá tiene además de una milenaria importancia histórica en sus diversos edificios el extraordinario mérito de su pirámide mayor que constituye un asombroso calendario solar. Y es tanto el interés que despierta que congrega multitudes en marzo y septiembre para presenciar la espectacular visita de Kukulkán o Quetzalcóatl en forma de una serpiente de luz que mide 34 metros. 7 triángulos iluminados aparecen de arriba hacia abajo y rematan en la cabeza de serpiente. Emotivo espectáculo que ocurre cada 20 de marzo y 20 de septiembre.