veces al año el dios Kukulkán visita a los humanos en
Chichén Itzá. Se manifiesta bajo la forma de una serpiente de luz
de unos
metros de largo que desciende los escalones
de la gran pirámide, llamada El Castillo.
Este efecto óptico de luz y sombra tarda
horas en completarse y sigue visible durante unos
minutos.
No es la única característica de la pirámide de Kukulkán que asombra a los científicos. Las dimensiones de la pirámide de Kukulkán hacen pensar que fue concebida como un enorme calendario solar. Cada uno de los cuatro lados del edificio tiene escalones lo que son escalones en total, a los que hay que añadir el de la plataforma superior.
El Castillo es un edificio enorme que mide metros de ancho y de alto.