Frase falsa.
Oímos
Quetzalcóatl uno de sus gobernantes condujo la ciudad con sabiduría y rectitud y suprimió los sacrificios humanos despertando el recelo
de sus enemigos. Uno de ellos, Tezcatlipoca, convenció a la hija de Quetzalcóatl para que lo emborrachara y lo sedujera.
Quetzalcóatl tiene relaciones con su hija y al despertar, lleno de vergüenza por su falta abandona Tula...
Es decir, ningún ejército lo obligó a abandonar la ciudad.