También hay un Toledo cosido. Al crecer, los conventos necesitaban más espacio y compraron casas enfrente del monasterio. Entonces construyeron pasadizos para enlazarlas con el edificio original. Es como si 'cosieran' las casas al monasterio.
Para paliarlo en el siglo XVI se establece una medida. Para que la ventilación y la visibilidad no quedaran reducidas en el siglo XVI se estableció una medida: 'los cobertizos no deben tener altura que impida el paso de un caballero cabalgando con una lanza en su brazo.'
Un tiempo en que toda orden religiosa quería tener representación cerca del poder. En aquella época el poder estaba en Toledo (que era la capital de España) y por eso todas las órdenes religiosas querían estar presentes en la ciudad. Los conventos llegaron a ocupar un 50 % de la superficie.