mozzarella | de Canadá | ||
tomate | de China | ||
aceite | de China | ||
harina | de la India | ||
brócoli | de Lituania | ||
perejil | de Túnez | ||
albahaca | de Turquía | ||
No se menciona. | de Vietnam |
⅔
400 %
67
5
1.800
Casi
los dos tercios de las
pizzas en Italia se hacen con productos que no son italianos
sino importados de países que a veces no respetan los criterios de seguridad
alimentaria
o laboral.
Según los empresarios agrícolas italianos es un grave problema económico y
de salud
.
Desde la mozzarella lituana al concentrado de tomate chino, el aceite de Túnez o la harina de Canadá . Poco o nada es italiano en las pizzas italianas, denuncia Coldiretti, la principal asociación de empresarios agrícolas de Italia. No es solo la presencia de alimentos extranjeros que puedan haber sido producidos sin las mismas garantías, es también la falta de información para el consumidor. Porque la ley no exige indicar el país de origen del producto una vez transformado. La ley solo obliga a indicar el país de transformación. De modo que si el brócoli chino lo ha usado una industria italiana o española o francesa en la etiqueta veremos: Hecho en Francia, Italia o España pero no que el brócoli usado era chino.
Además del brócoli a Italia llegan cada año miles de kilos de concentrado de tomate chino. El año pasado la importación aumentó casi un 400%. Hasta 67 millones de kilos. Pero también entra perejil del Vietnam o albahaca de la India. En algunos casos son productos de baja calidad o producidos en condiciones de trabajo que serían ilegales en Europa. Pero todos se presentan como italianos.
Es también un problema económico importante en este país que produce 5 millones de pizzas al día. Más de 1.800 millones al año. Y también de imagen en Italia. Porque este país quiere que la UNESCO reconozca como patrimonio la elaboración de la pizza italiana. Pero, claro, al final tal vez sea un objetivo más complicado si queda claro que la pizza no era tan italiana.