Después de la victoria Castro quiso demostrar que no iba a aceptar el nepotismo. Fidel dio orden de quemar todos los cañaverales y primero la finca de caña de azúcar de su propia madre.
Tampoco se puede decir que por aquel entonces fuera comunista. Cuando Castro llegó a La Habana le visitaron los comunistas que quisieron saber qué Castro les ofrecería en contrapartida de un eventual apoyo al movimiento del 26 de julio de Castro. Él contestó que no quería salir de un imperialismo para meterse en otro.
Después surgen problemas con EE. UU. y se declara marxista-leninista. Después de la expropiación de latifundios ocurren sabotajes (por parte de la CIA) y hay tensiones con el gobierno norteamericano. A principios de los sesenta Castro proclama el carácter socialista de la revolución y se declara marxista-leninista. Reanuda relaciones diplomáticas con la Unión Soviética.