90 %
moratoria
barrio por barrio
casas
9.000
5.000
30
El Ayuntamiento de Palma ha anunciado que prohibirá definitivamente los alquileres turísticos en pisos de comunidades de vecinos. Será la primera ciudad en España que toma, Antonio Aranda, una medida de este tipo.
Sí, la medida afectará al 90% de la oferta del alquiler
turístico
en Palma, con una moratoria en vigor. A partir de julio estará prohibido definitivamente realizar este tipo de alquileres en pisos.
Una decisión
polémica,
un triunfo
para las asociaciones de vecinos que realizaron la propuesta al Ayuntamiento denunciando la gentrificación provocada por las subidas
continuas
de los precios de los alquileres para residentes..
Una victoria de la que se
felicitan
los hoteleros, que ven como con un bando municipal prácticamente desaparece la competencia a las plazas hoteleras en todo el
territorio
municipal de Palma.
Sin embargo, el pequeño comercio y la patronal de los apartamentos turísticos afirman que la prohibición será un
golpe
para la economía de muchas familias.
El Ayuntamiento de Palma prohíbe el alquiler vacacional en pisos. Hasta ahora una moratoria ya impedía alquilarlos, pero cuando esta termine, en julio, la prohibición será definitiva.
Significa que Palma será una ciudad más habitable. No hay peor cosa en una ciudad que los residentes no puedan vivir en ella, no puedan decidirse por un alquiler. Y después evidentemente va a mejorar mucho la convivencia.
El Ayuntamiento ha escogido la prohibición total en lugar de regular barrio por barrio. Contenta así a las asociaciones vecinales. Con un bando convierte en ilegal el 90 % de la oferta vacacional de Palma. La patronal prevé que la medida destruirá puestos de trabajo.
No tan solo para aquellos que tenían una vivienda vacacional y con ello obtenían unos ingresos que les permitían vivir, sino también para toda la oferta complementaria, desde los restaurantes a los pequeños comerciantes que gracias al alquiler vacacional han podido salir en muchos casos de la crisis.
Solo se podrán alquilar chalés o casas unifamiliares, a condición de que no estén en suelo rústico protegido.
En Madrid unas 9.000 viviendas de alquiler formarían parte de la oferta de Airbnb. Una de cada dos estaría en el centro. En Valencia, la plataforma de alquiler vacacional gestiona ya más de 5.000. Pisos en muchos casos fuera de toda regulación.